Es especial, ya que data del siglo XIX y además tiene apariencia de palacio. Funcionó como convento hasta principios del siglo XIX. Está situado muy cerca del Palacio Real. Su historia empieza cuando, después de la Guerra de la Independencia, los diputados llegan a la capital. Una vez instalados aquí, comienzan sus problemas, pues las Cortes nunca hasta este momento habían tenido edificio propio. Llegan a Madrid y eligen precisamente a este edificio, ya que se sitúa muy cerca del Palacio Real. Decidieron mantener su estructura tal y como era. Hoy en día, se puede ver que hasta la decoración es igual. Lo único que se transformó fue la iglesia. Ésta cambió por completo su función, porque lo que era iglesia para aquel entonces, actualmente es la sala principal del Senado. A partir del año 1820, desapareció la decoración religiosa, pero sí quedaron las columnas jónicas en esta sala.
La forma de este salón es semicircular, una forma adoptada de la tradición inglesa. Lo curioso es que hoy en día, el parlamento actual no usa esta configuración.
Otra de las curiosidades es el hecho de que el Senado no funcionó durante la dictadura de Primo de
Rivera. Vuelve a actuar durante la II República y de nuevo se va parado cuando Franco llega al poder.
El salón principal hoy en día no se usa. Los senadores utilizan el nuevo. Éste antiguo es empleado sólo cuando se tratan temas de carácter autonómico, es decir, el reparto de los ingresos entre las comunidades autónomas.Además, es de destacar que en el Parlamento siempre hay dos colores predominantes: el rojo y el amarillo. El color rojo es el que representa el pueblo. La primera fila de los asientos es de color azul, ya que representa el poder ejecutivo, el Gobierno.
Fuente fotografías: Adriana Rumenova
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